Los preparativos para el II Encuentro de Escritores por la Tierra continúan. Hoy hemos visitado el campus de la Universidad Veracruzana donde tendrá lugar el concierto de bienvenida Por la Tierra que reunirá a más de cien músicos en un mismo escenario, el próximo miércoles por la noche, interpretando una obra compuesta para la ocasión. Allí, un reencuentro más. Parece que fue ayer, pero han pasado dos años desde el I Encuentro de Escritores por la Tierra que dio origen a la RIET. Lo hablaba con otro gran amigo, Francisco Arredondo, responsable de reforestación de la Universidad Veracruzana y alma mater de un proyecto loable desde muchos puntos de vista, pues la labor de Francisco ha servido para la modernización del campus con la creación de un parque urbano como sistema de desarrollo sostenible de la biodiversidad. La actuación realizada mediante la canalización de las aguas fluviales, rescata y preserva el entorno ecológico asegurando el desarrollo sostenible de los recursos con principios básicos consiguiendo que sea ecológicamente armonioso, económicamente eficiente, localmente autosuficiente y socialmente justo.
Allí, en esa especie de paraíso creado, casi por arte de mágia, pues se trataba en realidad de una extensión árida y semidesértica, hemos charlado durante un buen rato contemplando un vergel de vida que ha reportado a la Universidad Veracruzana varios reconocimientos internacionales. Entre ellos, un Premio Ones otorgado en su día por Mare Terra Fundació Mediterránia.
Está claro que la forma de conocer la dimensión de determinados proyectos, como este que nos ocupa, es in situ. No por muchos argumentos, imagenes o bonanzas que a uno le cuenten, se percibe con más claridad un proyecto. Siempre es mejor verlo, tocarlo… o al menos esa es mi impresión particular. Y esta vez, la satisfacción es doble por ser Francisco Arredondo el responsable de explicarnos los pasos seguidos en el desarrollo de este pequeño tesoro natural en lo más profundo de Xalapa.
JUAN CARLOS RUIZ 